martes, 19 de julio de 2011

EN SEPTIEMBRE LLEGÓ EL DESASTRE

"El primer día siempre es especial. Comenzaba el curso y me notaba inquieto, aunque contento: es apasionante el reencuentro con los compañeros, ver qué pinta tienen y contarles el verano, un verano muy largo... Sin embargo, aquel septiembre todo empezó mal."

Esta es la sipnosis del libro "En septiembre empezó el desastre". Buscando un poquito más, he encontrado el resumen de una alumna de 3º de la E.S.O., que paso a transcribir tal cual lo he leído:



"El libro que he escogido para este trimestre, es "En septiembre llegó el desastre".Este libro trata de un niño, llega a la escuela en septiembre, después de unas largas vacaciones, con muchas ganas de empezar el nuevo curso con sus amigos. El primer día se da cuenta de que algo ha cambiado en ellos.
Todos se han hecho mayores y han madurado, sus temas de conversaciones son las chicas y las motos y ya no juegan al fútbol ni hablan de películas como antes...
Su mejor amigo, le da la espalda porque todos estan pendientes de Manu, el chico que se pasó las vacaciones al extranjero y tiene la foto de una chica muy guapa a la que se pasan el rato mirando a la hora del recreo.
Se enamora de una chica, pero ella no le hace caso porque no es tan "guay" como sus amigos.
El curso va pasando, y la niña se va fijando en él hasta que le ofrece una cita que sale mínimamente bien.
El último día de curso, van a un concierto toda su pandilla y se da cuenta de que a lo mejor él tiene el problema de no haber cambiado aún.. 

Hasta aquí, este podría ser un post recomendando un libro a los alumnos de sexto que este año se han graduado, o a la hija algún amigo que tenga los 12 añitos recién cumplidos.

Pero no. Este no es un post literario, aunque esto sea lo que les va a ocurrir a algun@s en septiembre, y aunque la situación de la educación en la Comunidad de Madrid parezca sacada de un libro de ciencia ficción.

¿Y qué tendrá que ver todo esto que os estoy contando con la educación en Madrid? Sencillo, en Madrid, este septiembre, también llega el desastre de la mano de esta decisión: los alumnos de la ESO ya no tendrán la hora de tutoría (miren menos es nada) de la que contaban hasta ahora.

Yo no soy profe de la E.S.O., no soy una gran maestra, me voy formando por el camino y desde mi rinconcito de primaria hay una cosa que valoro sobremanera: poder hablar con mis alumnos en cualquiera de las horas que paso con ellos, de lunes a viernes, en excursiones, en albergues, en actividades especiales, en los recreos... Hablar y escucharles. Ser TUTORA todas las horas del día...

Los alumnos proponen y se quejan, discuten y solucionan, se enfadan y se besan, se gritan y se abrazan, se pegan y acompañan a curar las heridas, se ríen y lloran, se insultan y buscan palabras bonitas, se van a Educación Física o disfrutan con la profe de música y luego te cuentan sus avances, llegan de casa enfadados y a las cuatro reciben a mamá con un abrazo, piensan en regalos sopresa para las familias y te piden material, tienen pesadillas porque la cosa en casa anda regu y en las asambleas oficiales o improvisadas, se desahogan...

Todo eso y muchas otras cosas más pasan delanta de nuestros ojos y nuestros ¿cinco? sentidos, de lunes a viernes, de 9 a 16.00h... Luego, entre medias, pasan otras cosas como son las mates, el proyecto, la Lengua de Signos, las plásticas o la lengua, pero como he dicho, estas últimas están entre medias.

Se nos pasó el tiempo, e insistimos tanto en tranquilizarles diciéndoles que la E.S.O. no era tan difícil y que los libros de texto no eran para tanto, que se nos olvidó comentarles que les tocaba hacerse mayores en un verano y aprender a gestionar problemas y soluciones... Creo que ni lo pensamos (al menos yo no lo hice)..

Ha raíz de este post de Víctor Cuevas, a una, que vive en este rinconcito que es la primaria, y muchas de las veces desconecta del resto de etapas (pescozón para mí), se le revuelven un poco las entrañas, porque no hace ni un mes, se ha despedido de un grupete de 22 NIÑ@S que, en septiembre, van a empezar a vivir su desastre particular: clases nuevas, un montón de profes, distintas formas de hacer, sentir y transmitir, compañeros mayores, hormonas en pleno ataque de adolescencia, y un largo etcétera..., ¿¿sin una figura de referencia a la que acudir, exceptuando la orientadora, ni tan siquiera una hora?? No sé a vosotros, pero a mí se me ponen los pelos como escarpias.

Y sin pensar en la orientadora: ¿cuántas tareas más debe asumir en el corto espacio de tiempo que tiene en el cole? ¿De cuántas cosas más tiene que ser directamente responsable sin perder el norte, sin desfallecer o volverse loca por el camino?

¿¿Qué harán cuando, si les toca, los profes empiecen a pasarse la patata caliente porque no se quieren implicar en un problema que no ha tocado en su hora, en el patio si no les ha tocado cuidarlo, o a la salida del comedor, o si los alumnos propopen proyectos nuevos, o actividades nuevas, o un teatro, o una excursión, o hacer una peli...??

No paro de pensar por qué las personas que tienen en esta "nuestra comunidad" las decisiones educativas en sus manos, no ven que la EDUCACIÓN es algo más que un ranking, que una serie de pruebas a superar a todas las edades, algo más que aulas para excelentes y guetos para el resto, algo más que contenidos infumables que se amplían y amplían con el paso de los años... Y me entristece enormemente descubrir, que es así... Y quizá me entristece aún más que tod@s estos señor@s se hayan olvidado de su experiencia, de su adolescencia, de los problemas por los que pasaron y los profes a los que consultaron, que seguro lo hicieron... ¿cuántos de ellos tendrán en mente mínimo, a uno de sus tutores? Se olvidaron de su paso de la EGB a al instituto, con sus 16 añazos, no con 12... arropados... 



Y si en vez de empezar el curso recomendando el primer libro, lo hacemos recomendando este: "Las llaves del horizonte". Esta es una aventura protagonizada por un muchacho adolescente y su padre, escritor de novelas policíacas. Ambos se ven envueltos en una serie de aventuras - con atentados, espías y persecuciones incluidos- que acaban felizmente. Gracias a las experiencias vividas, padre e hijo se sienten más unidos que nunca. ¿Cambiamos padre por tutor/a, las novelas policiacas por cualquiera de las materias y mantenemos que final?

1 comentario:

  1. Me parece un libro con mucho argumento y eso me gusta y ensima nos enseña como pueden ser en realidad las cosas

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